lunes, 19 de septiembre de 2016

La interdisciplinariedad científica. Relaciones isomorfas versus percepciones y pre-disposiciones.

Vivimos de (y en) la percepción, esto es, de aquello que “percibimos” por los sentidos, hacemos propio y “filtramos” al través de nuestras propias creencias o simplemente “experiencias equivalentes”. Las percepciones están mediadas, además, por aquello que nos impele a conjurar las disonancias cognitivas (Festinger, 1975), esa suerte de búsqueda incesante del ser humano tras “la consistencia interior” con aquello en lo que “cree, piensa, siente y valora”. Es, en buena medida, el condicionamiento para mirar la realidad que nace de nuestra propia “pre-disposición”, aquello que el Doctor Luis Castro Leiva[1] identifica como las convenciones con las cuales aprendemos y aprehendemos la realidad.

Desde la perspectiva expuesta en el párrafo anterior, podríamos decir que las conclusiones que se derivan de la “percepción” devienen de la “pre-disposición” y permiten la conjura de la “disonancia cognitiva”. En otra dirección, podríamos argumentar que la “pre-disposición” termina siendo, de algún modo, alimentada por nuestra “percepción acumulada”. Aparentemente a través de esta secuencia es posible construir argumentaciones y creencias sobre creencias, confirmar percepciones de percepciones y, en consecuencia, construir imaginarios.

Así por ejemplo, notamos que en un individuo en particular podría radicar el rechazo hacia “los negros” porque de ellos deviene una “maldad ínsita”. Al ser interrogado sobre esa “creencia” es posible que refiera una experiencia propia, acaso anclada en la infancia, donde un compañero con ese color de piel, lo mantuviese bajo permanente amenaza y agresión. Más tarde, sujeto de robo y asalto, resultasen ser la mayoría de los asaltantes “zambos y mulatos”. Y finalmente, en una fecha reciente, una pariente que hubiese contraído matrimonio con un caballero “de alta concentración de melanina” en la piel, resultara sujeta a malos tratos y agresión física reiterada. Ergo, nuestro sujeto de prueba, rechaza a la “negritud”. Un conjunto de malas experiencias, lo han nutrido de “percepciones” que, a su vez, han contribuido a la construcción de cierta “pre-disposición”.

En la medida que va ascendiendo intelectual y culturalmente, este sujeto de prueba va adquiriendo conocimientos técnicos, profesionales y científicos, que lejos de hacerlo comprender su error de apreciación, nacido de y en su “pre-disposición”, vayan nutriéndolo con nueva evidencia empírica tras “verificar por vía científica”, que no estaba tan errado; antes por el contrario, la constatación mediante estudio de la extrema crueldad de los Mau-Mau durante su rebelión en Uganda o las matanzas protagonizadas por negros, zambos y mulatos contra blancos durante nuestra Guerra Federal venezolana, aunadas a la vesania manifestada entre Jutus y Tutsies  en el Africa reciente, “confirman” su creencia en una “violencia ínsita en el negro”.

Y una vez convertido en científico social, “armado” de una estructura metodológica científicamente aceptada, es posible que, llevado por su “pre-disposición”, se trabe en la tarea de “probar” que “…en los individuos de ascendencia africana y de raza negroide, la violencia, como solución de problemas de relacionamiento, conflictos o mecanismo de socialización, es curso de acción probable”. En dos platos: “de un negrito que lo cargaba sometido en su infancia, pasando por un cuarterón intemperante pariente político a unos malandros que le atracaran, con predominio de zambos y  mulatos…” el sujeto transforma en hipótesis, una vez hecho científico social, una percepción convertida en convicción a lo largo de su proceso de socialización. La fuerza de su “pre-disposición” se ha trocado en destino interpretativo inexorable.

Cambiemos de escenario para evitar el señalamiento de “racistas” en los más extremosos. Existen deportes colectivos que asumen la “personalidad” de deporte-espectáculo. El fútbol, por ejemplo, es uno de ellos, acaso el más importante del mundo. En los estadios es posible encontrar, con ocasión de un cotejo futbolístico, un personaje que suele identificarse como “Manager de Tribuna”. Este personaje, de profesión u oficio variado y posiblemente disímil a aquellos de sus “compañeros aficionados”, asume en y durante el juego, la notable posición de “Director Técnico” de su equipo, también del contrario y, en no pocas ocasiones, hasta de “Árbitro”. Con distinción de sus motivaciones, el “Manager de Tribuna” dicta cátedra, “dirige” a su equipo y señala “los crasos errores” de quien ejerce esa función, de verdad, en ese recorte de la realidad.

El “Manager de Tribuna” ha adquirido su “pre-disposición” a lo largo de su proceso de socialización como aficionado. Posiblemente en algún momento de su vida se haya desempeñado como jugador, pero de común, aparentemente, los “managers” en esa condición no lo han sido nunca. Cuando un Director Técnico en funciones, realiza un movimiento durante el juego que lo lleva al fracaso, el “Manager de Tribuna” se molesta porque el Director “…no siguió su recomendación…”; si haciéndola, el Director no la ejecutara como la indicase el “Manager de Tribuna”, este último pudiese terminar, como mínimo, espetándole la más horrible de las obscenidades. Lo que tratamos de ejemplificar aquí es la manera como las “percepciones y pre-disposiciones” son capaces de “construir formas de aproximación a la realidad” que no obedeciendo a maneras científicas de observación, pudiesen llevar a interpretaciones erróneas y, más tarde,  de constancia errática, si se hacen continuadas en el tiempo. En la política cotidiana, el deporte, la vida diaria y hasta en las ciencias, abundan los creadores dogmáticos de percepciones y la interdisciplinariedad pudiese ayudar a la construcción de interpretaciones “de alguna manera comunes a distintas ciencias” que gracias a la configuración de “lenguajes científicos compartidos”  puedan conjurar la existencia de “idiomas amañados” por los inefables “Managers de Tribuna”

Sin embargo, el idioma interdisciplinario tampoco escapa a la existencia de los personajes referidos en párrafos anteriores. Acaso, en una versión más condenable, de la aparición de taumaturgos, magos, gurúes o entendidos de alta gama, que mezclan peras con manzanas, chocolate y anchoas en las más insólitas ensaladas que ayudan, con una brillante prestidigitación de la palabra tanto hablada como escrita, a la difusión de cultos raros, extraños enraces y peores engendros, propios del realismo mágico que un día mencionase en sus novelas el escritor Gabriel García Márquez.

La interdisciplinariedad que proponemos es científica; se ancla en el uso de conceptos, métodos y teorías, tanto de las Ciencias Básicas como de las Ciencias Sociales, capaces de compartir relaciones isomorfas, que puedan probarse a partir de una intersección conceptual no forzada, tengan aplicabilidad en la solución de problemas de investigación al interior de recortes específicos de la realidad y permitan la construcción de un lenguaje común mediante la formulación de conceptos que terminen siendo admitidos por la comunidad científica como definiciones de aceptación general. El próximo artículo, constituirá prueba palmaria de nuestra intencionalidad.









[1] En el artículo titulado “La República en Pañales: Colombia a través de la mirada del Coronel William Duane” los Profesores Carole Curiel y Fernando Falcón Veloz, hacen la siguiente cita a pie de página y respecto de la “Pre-disposición” como concepto del Doctor Luis Castro Leiva: “…las “convenciones” culturales, históricas, profesionales, educacionales y lingüísticas, para aprehender determinada realidad”. Ver Luis Castro Leiva, “Retórica, Historia y Acción Lingüística: intenciones y efectos en el arte de historiar discursos”, Investigaciones Semióticas”, Centro Latinoamericano de Investigaciones Jurídicas y Sociales, CELJIS, Facultad de Derecho, Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela, 1985-1987; “Intenciones y efectos de la acción lingüística” en Revista Video Forum: Ciencias y Artes de la Comunicación Audiovisual, nº 9, segundo semestre, Caracas, 1995.”

martes, 13 de septiembre de 2016

La mirada interdisciplinaria. Algunas experiencias para nutrir la evidencia empírica.


Las Ciencias Sociales constituyen uno de los grandes corpus científicos que hacen parte del culmen del saber humano; debería ser, como corpus conceptual y teórico,  “necesario y suficiente” para aproximarnos a un recorte de la realidad que supusiese, por inferencia, su exclusiva aplicación. Sin embargo, encontramos, en la impronta histórica de ese mismo saber humano, reflexiones como estas:

Herman Heller Teoría del Estado”, “No hay ciencia alguna que pueda reflejar inmediatamente la realidad en toda su enorme variedad…”[1] (1939)

Ludwig Von Bertalanffy, Teoría General de los Sistemas”“…los caminos y medios tradicionales, no son ya suficientes, y se imponen actitudes de naturaleza holista, o de sistemas, y generalista, o interdisciplinaria…”[2] (1950)

Rolando García, “Sistemas complejos. Conceptos, método y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria” “…en el mundo real, las situaciones y los procesos no se presentan de manera que puedan ser clasificados por su correspondencia con alguna disciplina particular.”[3].(2008)

Las tres reflexiones previas pareciesen sugerir que la aproximación investigativa sobre recortes  de la realidad, exige la “intersección de ciencias”. Sobre el particular es posible argumentar, desde la evidencia empírica, que esa “intersección de ciencias” es susceptible de ser encontrada, al menos en el siglo pasado, desde 1920. Citemos como ejemplo el Modelo Presa-Predador de Lotka-Volterra.[4] La elaboración de esta estructura modelar para el análisis, a pesar de que Volterra y Lotka no hubiesen nunca trabajado físicamente juntos, produce sin embargo un lenguaje común a la matemática y la biología, mismo que sirve para explicar el comportamiento de las especies, a partir de un “modelo descriptivo e interpretativo común a ambas ciencias básicas”.

La experiencia posterior de Lotka, utilizando más intensiva y extensivamente los modelos matemáticos de Volterra, se abre hacia las Ciencias Sociales, desarrollándose lo que posteriormente se convierte en parte sustantiva de la Demografía, campo del conocimiento dónde se intersectan la Estadística y la Geografía Humana. En otro sentido, el “Modelo Lotka-Volterra” tuvo un impacto decisivo sobre el desarrollo posterior de la Biología Matemática.[5]

Por otra parte y durante el siglo XX, hacen su aparición constructos teóricos cuya amplia aplicabilidad, aun habiendo nacido algunos de ellos en las Ciencias Básicas, les ha permitido “penetrar” transversalmente en las Ciencias Sociales, complementándolas e incluso ayudándolas, en algunas de sus más esenciales explicaciones y descripciones. Son los casos de la Teoría General de los Sistemas y el modelo del Sistema Complejo. Así por ejemplo, el Doctor Herbert Simon[6], politólogo y economista de origen estadounidense, ganador además del Premio Nobel de Economía, desarrolló el modelo de los “sistemas descomponibles y no descomponibles” para explicar fenómenos atinentes al comportamiento de los sistemas económicos.

 Otro tanto y a nivel nacional, hizo el Doctor Luis Mata Mollejas[7], economista venezolano, desarrollando un modelo sobre gobernabilidad y economía en la Venezuela contemporánea, echando mano, como recurso gráfico explicativo, de los diagramas circulares del Profesor John Venn[8], elementos diagramáticos que fuesen ampliamente utilizados durante el siglo XIX por el científico anglosajón, originalmente en Lógica Inductiva y Lógica Matemática. A principios del siglo XX, los Profesores George Cantor, Ernst Zermelo y Adolf Fraenkel, matemáticos judeo-alemanes, los utilizaron luego en el desarrollo conceptual de la  Teoría de Conjuntos.

El Doctor Ilya Prigoyine, biólogo y fisicoquímico de origen ruso, desarrolló la Teoría del Caos, mientras realizaba investigaciones acerca del comportamiento de organismos multicelulares, dando, como consecuencia, origen a un corpus teórico de amplio espectro, que hoy tiene aplicabilidad científica universal. El Doctor David Bhom, físico teórico estadounidense, termina haciendo, gracias a la interdisciplinariedad, importantes aportes al funcionamiento del cerebro, luego a la epistemología de la ciencia y finalmente a la Filosofía de la Ciencia y al corpus total de las Ciencias mismas, con su Teoría del Orden Implícito. El Doctor Richard Cohen, hebreo norteamericano, médico, biomédico y cardiólogo, logra mediante una aplicación del concepto de “duplicación de períodos”, propio de la Teoría del Caos, describir el comportamiento del músculo cardíaco en los instantes previos a un infarto.

Son ejemplos palmarios de esa “intersección científica” las formulaciones de los Doctores John Briggs y David Peat, físicos teóricos ingleses, quienes desde los trabajos del Doctor Ludwig Von Bertalanffy en Teoría General de los Sistemas, los del Profesor Ludwig Boltzman en física teórica, los de Prigogynne en Teoría del Caos, llegan a una descripción del universo más allá de las Ciencias Básicas. Y, finalmente, el Doctor David Easton,  politólogo canadiense, sobre la misma senda de la interdisciplinariedad, formula un constructo teórico acerca del Sistema Político, en Ciencia Política, utilizando como base conceptual la Teoría General de los Sistemas. De manera que, nuevamente desde la evidencia empírica, estas intersecciones “interdisciplinarias” parecen imponerse en la investigación sobre recortes de la realidad, particularmente en la contemporaneidad.

Como conclusión de estas líneas sobre el particular, acaso sea pertinente citar al Doctor Fritjop Capra, físico teórico austríaco, quien en un breve conjunto de actos de habla, resulta particularmente descriptivo en relación a toda nuestra exposición anterior:


“…lo que necesitamos es un nuevo “paradigma” una nueva visión de la realidad; una transformación fundamental de nuestros pensamientos, de nuestras percepciones y de nuestros valores. Los inicios de esta transformación, de la transición de una concepción mecanicista a una concepción holística de la realidad, ya se comienzan a vislumbrar en todos los campos...”[9]


“Mirada interdisciplinaria”, una ventana panorámica hacia un futuro distinto, amplio y, sobre todo, conjuntamente humano.





[1] Heller, Herman; Teoría del Estado. FCE. México, 2010. Pág.90.

[2] Von Bertanlanffy, Ludwig; Teoría General de los Sistemas.FCE.2008, México. Pág.XIV.

[3] García, Rolando; Sistemas complejos. Concepto, método y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria. GEDISA, Barcelona, 2008. Pág.21.

[4] Vito Volterra (1860-1940)  nace en Ancona y muere en Roma, Italia. Matemático y físico italiano, su trabajo se centró inicialmente en el estudio de las ecuaciones diferenciales y de buena parte del desarrollo teórico del cálculo diferencial e integral. Desarrolló la Teoría de  las Ecuaciones Integrales. Veterano de la Primera Guerra mundial, al regresar del frente, Volterra se volcó al desarrollo de instrumentos de cálculo para la comprensión y descripción de la supervivencia, reproducción y crecimiento de los organismos biológicos y sus comunidades. Fue pionero de la llamada Biología Matemática. Entre sus obras y publicaciones más importantes se encuentran Principi di calcolo integrale (1883), Vibrazioni dei corpi elastici (1893), Variazioni e fluttuazione del numero d'individui in specie animali conviventi (1927) y Teoria dei funzionali: ecuazioni integrali e integro-diferenziali (1930). Alfred Lotka (1880-1949), Lwow, Austria.Hungría; New York, Estados Unidos. Matemático, físico, estadígrafo y biólogo matemático, nacido en el antiguo imperio austro-húngaro para luego nacionalizarse y residenciarse en los Estados Unidos, recibió sus títulos de pregrado en Birmingham, Inglaterra y luego en Leipzig, Alemania. Lotka culmina sus estudios de maestría y doctorales en la Universidad de Cornell . Dedicó  su carrera al desarrollo de modelos para medir comportamientos demográficos, en particular los crecimientos y las migraciones. Sin saber, en principio, sobre los trabajos de Volterra, finalmente incorporó a su corpus teórico los constructos del matemático italiano, surgiendo de tal fusión el modelo Lotka-Volterra sobre comportamientos biológicos poblacionales, en particular, el Modelo de Presa-Predador. Pudiéramos citar algunas obras de Alfred Lotka, acaso las más importantes, tales como  Elements of Mathematical Biology (1939); Théorie Analytique des Associations Biologiques, traducida en 1998 como Analytical Theory of Biological Populations


[5] (…) Vito Volterra  y (…) Alfred J. Lotka , son los pioneros en la investigación en lo que hoy se conoce como Biología Matemática. Ambos trabajaron a la vez, pero de forma independiente, en el modelo.  Este modelo es fundamentalmente fruto del trabajo de Volterra, al final de su vida, entre los años 1924 y 1938. El modelo lleva también el nombre de Lotka quien trabajó en problemas de este tipo entre los años 1920 y 1939, pero con resultados más limitados que los de Volterra. Los trabajos de Volterra, en Biología Matemática, han servido para enriquecer tanto las Matemáticas como la Biología y supusieron un gran avance en la aplicación de las Matemáticas al campo de la Biología.” González Manteiga, María Teresa; Proyecto de Innovación y Mejora de la Calidad Docente, Proyecto 29, UCM MATH-TRAINING. Documento de trabajo para el desarrollo de una plataforma de software y de módulos docentes en matemáticas. Universidad Complutense de Madrid.

[6] Herbert Simon (1916-2001), economista, politólogo e investigador estadounidense en ciencias sociales, quien recibiera en 1978 el Premio Nobel de Economía por sus aportes en la investigación  interdisciplinaria y el efecto de la toma de decisiones en la Economía como ciencia de la elección.

[7] Economista venezolano de amplia trayectoria como docente e investigador; para el momento en el que se escriben estas líneas ejerce la presidencia de la Academia Nacional de Economía. El Doctor Mata, hace  uso extensivo e intensivo de las gráficas de Venn, en la explicación  de la complejidad del Estado y su relacionamiento con la oferta, la demanda,  la llamada sociedad civil y sus requerimientos a satisfacer. Asimismo lo hace con el modelo de acumulación capitalista y sus actividades concomitantes, estando la acumulación de capital en el centro de la intersección. Otro tanto hace con el modelo de acumulación socialista, procediendo  a su comparación respectiva y sus efectos sobre los sistemas políticos. En las conclusiones de su trabajo, el doctor Mata Mollejas hace la siguiente afirmación “Los modelos representados con los esquemas de la lógica simbólica Venn Euler resumen las interacción entre los componentes macroeconómicos y los componentes institucionales políticos (régimen) postulando que los primeros condicionan la capacidad del sistema político para responder sincrónicamente a las exigencias del bienestar colectivo…”  Mata Mollejas, Luis; Gobernabilidad: Elementos para una medición objetiva; Revista Latinoamericana de Estudios Avanzados; Vol 16, Num.32, 2010. Pág. 221.  

[8] John Venn (1834-1923), filósofo y lógico matemático inglés, creador de la diagramática para la explicación de la lógica inductiva, desde una modelación equivalente e históricamente preexistente. Venn desarrolló la idea para su trabajo como docente en la Universidad de Cambridge, donde  terminase enseñando la lógica matemática tras la Teoría de Probabilidades, señalando la efectividad de los modelos circulares para la explicación particular de las ideas de inclusión, exclusión e intersección de proposiciones formales

[9] Capra, Fritjof; El Punto Crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente. ESTACIONES. Buenos Aires, 2008. Pág.18.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Aproximación intuitiva a la “mirada interdisciplinaria”.

La realidad es compleja y como decimos en el inicio de este blog, no existe ninguna ciencia, sea básica o humana, que pueda describirla en todo su conjunto.  Y para aproximarnos de manera intuitiva a esta “forma de mirar” apelemos a la posibilidad de construir ejemplos nacidos de la evidencia empírica. Suponga usted que ha sido invitado a un concierto de música académica y el programa ofrece una única presentación: Tocatta y Fuga en Re Menor de Juan Sebastián Bach. Usted nada sabe del tema, pero como la invitación no implica gasto alguno, usted convida a su vez a un amigo ejecutante del órgano quien, además de musicólogo,  hace parte de una orquesta sinfónica. Al grupo se añaden también un arquitecto y un poeta, también amigos suyos. Al final, otro amigo, quien es un entusiasta del fútbol, se añade al grupo ante la expectativa de las “cervezas” al final del concierto.  
Ya en el recinto y al subir el telón, se encuentran con un guitarrista clásico que hace referencia a que el concierto será ejecutado por él como único músico y en una versión trasladada a guitarra acústica, hecha también por él mismo y surgida de sus recurrentes ejercicios como investigador en musicología, además de experimentado ejecutante del instrumento. El concierto transcurre y llega a su final. Hay aplausos atronadores por parte de algunos, tibios por parte de otros y “cordiales” por una mayoría que poco o nada sabe ni de la pieza, ni del compositor y menos de música. La atracción que produjo en los últimos acaso haya sido la gratuidad del evento y el no fastidiarse en casa, pudiendo compartir con los amigos un rato de solaz esparcimiento.
Se cumplen las expectativas del último de los amigos, esto es, del futbolista: huele a cerveza en el ambiente. Ya en plena faena “cervecil”, se hacen los consabidos comentarios sobre la experiencia. El “experto” es el primero en intervenir; como especialista del órgano, además de musicólogo, conoce de la obra de Bach, pero además acota que la pieza fue escrita inicialmente para órgano, con lo cual su ejecución en guitarra “desluce” y “mutila muchos de los colores de la ejecución”; el arquitecto, que poco o nada sabe de la pieza, afirma que si el recinto del concierto no hubiese tenido tan “acentuada forma pentagonal” ofreciendo bajo otro diseño “más aristas de rebote en un ambiente más poliédrico” acaso el sonido de la guitarra hubiese sido “más limpio” conjurando las “ausencias” que tanto extrañase el musicólogo. El poeta riposta que con órgano o guitarra, la experiencia lo hizo vivir lo mejor de Rubén Darío y una de las frases melódicas “sintió estar oyendo a Neruda en su Poema 20”. Y finalmente el futbolista solo atina a decir que a él le pareció “un poco aburrido”. Pagadas las cervezas, cada quien regresa a su casa y las conclusiones de todos, como las palabras, flotan libres al viento…
Cada una de esas “experiencias” nace de la “percepción de la realidad” que cada uno de los amigos tiene desde su pre-disposición, esto es, como afirma el Doctor Luis Castro Leiva, la inclinación que tenemos todos de interpretar la realidad desde nuestro “equipaje personal” de creencias, convicciones y valores, unidos de manera inextricable a nuestra formación académica y profesional. ¿Pero qué hubiese ocurrido si todos hubiesen sido músicos profesionales? La apreciación hubiese sido más “técnica” y acaso más elogios hubiese obtenido el solitario guitarrista. Pero ¿si todos hubiesen sido entusiastas del fútbol? No nos queda la más mínima duda que el comentario más amplio hubiese sido “no estuvo mal” o “fue aburridísimo”.  
En ambos casos y sobre una misma experiencia, las opiniones resultan “sesgadas”. Si una hermana del futbolista que es  violinista llega a preguntarle ¿Cómo te fue? , la respuesta podría ir desde un monosílabo hasta un “fastidioso” o el ya referido “no estuvo mal”. Si el musicólogo hubiese llegado a compartir con un colega que realiza investigaciones sobre la guitarra como instrumento solitario, además en conciertos de un solo interprete, lo llenaría de preguntas acuciantes y llenas de auténtica emoción. Pero al no estar el grupo cohesionado sobre la aproximación a la experiencia, cada quien desde su óptica del conocimiento tendrá una percepción de la realidad “mediada y sesgada” por su propia pre-disposición.
Pero ¿qué pudiese ocurrir si estos cinco amigos (usted, el musicólogo, el poeta, el arquitecto y el futbolista) deciden ir al concierto para disfrutar de “una experiencia compartida” para “mirar y sentir” desde cada una de sus pre-disposiciones? Al final usted hará sus observaciones desde su propio campo del conocimiento. Supongamos entonces que usted es médico. Los aspectos relevantes de su observación se referirán al estado de salud del guitarrista, al menos aquel que pudo haber apreciado empíricamente; el musicólogo hará lo propio, pero acaso concluirá desde su observación. Una situación equivalente resultará de los otros dos e incluso el futbolista lo verá desde su propia perspectiva. Vamos a verlo con una situación hipotética.  Entre cerveza y cerveza usted menciona que por la forma de encorvarse sobre la guitarra y una que otra deformación visible en el guitarrista, usted concluye que tiene Artritis Reumatoide, además de cierto avance, luego de explicar suficientemente la enfermedad a sus contertulios; el musicólogo podrá concluir entonces porque había tanta lentitud entre acordes, al bajar el ejecutante la mano sobre el traste de la guitarra; mientras el poeta “entenderá” porque una pieza que “lucía tan enérgica”, terminó llenándolo de tanta melancolía. El arquitecto dirá entonces que la limitación física del guitarrista artrítico, le impidió dar más “carácter a los acordes”  y debido a la pobreza poco poliédrica del recinto, se perdieron en el éter los acordes melódicos de aquellas notas. Y, finalmente, el amigo fubolista dirá que entiende porque en un instante, el guitarrista se vio muy comprometido en una parte de la pieza: estaba colocado en una posición dónde pie y mano forzaban un conjunto específico de articulaciones, que producen, de ordinario, mucho dolor. Al día siguiente en la prensa leen esta reseña, bajo el título que abajo indicamos:
Extraordinaria ejecución del maestro Ludwig Stern. Luego de su exitoso viaje por Suiza, se presentó en esta ciudad el Maestro guitarrista clásico Ludwig Stern. De 75 años de edad y padeciendo desde hace ya varios años de una fuerte Artritis, de naturaleza reumatoide, hizo un esfuerzo denodado por sacarle notas a su guitarra, sobre todo en un ejercicio de ejecución de tan elevada complicación . Sin embargo, las dificultades de diseño del recinto y la manera que hubo de ubicarse tanto él mismo, como la silla que le sirvió de asiento, hicieron del concierto mucho menos de lo que estaba previsto, dados además los dolores físicos que en su posición como ejecutante, hubo de sufrir. No obstante, no dejamos de afirmar, como siempre, que el Maestro Stern estuvo a la altura de un muy difícil compromiso.”

Cada uno de los amigos, desde su pre-disposición técnica y profesional, se aproximó al problema con la intención de compartir métodos y teorías propias de sus quehaceres y, en conjunto, arribaron a una “diagnosis” del problema que les permitió, acertada y asertivamente, alcanzar una conclusión que resultó cierta respecto de la aproximación a un recorte de realidad constituido por el concierto, el lugar de su realización y el ejecutante.  De esto se trata la “mirada interdisciplinaria”. Bienvenido a su comprensión intuitiva…si acaso este ejemplo hubiese sido suficiente…